La odontología conservadora es una rama de la odontología que se centra en la restauración de aquellos tejidos duros del diente que han sido destruidos por los siguientes motivos:
- Caries
- Traumatismos
- Alteraciones en el desarrollo dentario que pueden ser de origen hereditario o no y que hacen que el esmalte o dentina sea más frágil.
El objetivo principal del tratamiento de la caries es eliminar el tejido enfermo y sustituirlo por un material restaurador. La cavidad debe diseñarse de forma que esté libre de caries y evite la aparición de nuevas lesiones.
El composite o resina compuesta es el material más utilizado en las tareas de restauración de la odontología conservadora.
Las fases de la restauración de un diente son:
- Anestesia.
Si es necesario, puede aplicarse anestesia local para minimizar la incomodidad durante el procedimiento. - Limpieza y diseño de la cavidad.
Se retira la parte del diente afectado por caries, dejando una superficie adecuada para la restauración. - Obturación o reconstrucción.
Se realiza la restauración del diente, primero se coloca un sistema adhesivo, y después se coloca el composite. - Ajuste y pulido.
Se realizan comprobaciones de ajuste y encaje para evitar movimientos y desplazamientos y se realiza el pulido de la pieza para asegurar una superficie suave.
En conclusión, la odontología conservadora tiene como objetivo eliminar únicamente el tejido dental deteriorado. De esta forma, se pretende conservar la mayor parte del diente, consiguiendo recuperar la salud, funcionalidad y estética de la pieza dental afectada.
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